Joan Barnett, que trabajaba en un colegio de Manhattan, comunicó a sus jefes que necesitaba viajar durante dos semanas a Costa Rica porque su hija había fallecido allí. La mujer se desempeñaba como empleada en una escuela de formación profesional de Nueva York y fue despedida tras fingir la muerte de una de sus hijas para poder irse de vacaciones, informó este martes el rotativo Daily News...
Barnett, de 58 años, mandó a otra de sus hijas a llamar a la escuela para decir que su hermana había muerto en Costa Rica. Además, otra hija telefoneó más tarde al centro para anunciar que varios familiares, entre ellos su madre, iban a volar al país para asistir al funeral.
La mujer incluso envió por fax un certificado de defunción falsificado para asegurarse los días libres, según el Daily News. Sin embargo, un compañero sospechó del documento porque éste estaba escrito con "tipos de letra ligeramente distintos que no estaban bien alineados" y lo denunció ante el inspector de escuelas de formación profesional de Nueva York, Richard Condon. El directivo -añadió el periódico- contrastó la información con los funcionarios costarricenses, que concluyeron que el número de registro del certificado de defunción correspondía a un hombre que falleció en 2005.
Además, el inspector también descubrió que Barnett había comprado sus billetes de avión para Costa Rica tres semanas antes de la "muerte" de su hija. Condon presentó sus pruebas a la mujer, que inicialmente se mantuvo firme al insistir en que su hija había fallecido por un "problema cardíaco" y produjo otro certificado de defunción, esta vez con la fecha y año correctos. Barnett finalmente se rindió y admitió ante un tribunal de Manhattan su culpabilidad en la fechoría.
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