En las principales encuestas que se realizaron durante la campaña, el tema de la inseguridad ciudadana sobresalió entre los tres problemas que más preocupan a los dominicanos. Así, en la última medición Greenberg-Diario Libre, publicada el 15 de mayo, la seguridad se situó como la preocupación número uno de los encuestados, con un 57%.
En la Gallup-Hoy del 28 de abril, los entrevistados consideraron que era el tercer problema que el próximo gobierno debe enfrentar en orden de prioridad, luego del desempleo y el alto costo de la vida.
Un dato interesante que registra la medición del 13 de mayo, de esa misma firma, es la desconfianza que tiene la gente de que la situación mejore, pues un 40% previó que la seguridad pública en el país empeorará.
Si se midiera la percepción de la gente ahora -que hay una explosión de criminalidad-, de seguro estas cifras serían mayores. En los últimos días, unas 15 personas han perdido la vida en hechos violentos, amenazando con aumentar la tasa de criminalidad, que terminó el año pasado en 22 por cada 100,000 habitantes, según cifras oficiales. La población legalmente armada se incrementó en lo que va de 2012 en 400, habiendo en la actualidad 207,107 civiles armados, de acuerdo a datos del Ministerio de Interior y Policía de la semana pasada. La población civil armada de manera ilegal se presume en unas 300,000.
Con este panorama de temor que tiene la población y con estas cifras de asesinatos, el nuevo gobierno que encabezarán Danilo Medina y Margarita Cedeño, a partir del 16 de agosto, tendrá que emplearse a fondo para devolver a los dominicanos la percepción de que este es un país seguro en donde salir a la calle, o estar simplemente en su casa, no implica un riesgo de muerte.
En su última participación como candidato en el programa Diálogo Libre, del Grupo Omnimedia, que edita este diario, Medina tocó el tema de la inseguridad, el cual fue recurrente en su discurso de campaña.
Dijo que el problema tiene varias vertientes, pero a su juicio, crece por dos problemas fundamentales: "Como consecuencia del activismo del crimen organizado, que es una vertiente que está presente en todas las sociedades del mundo (…). Y por otro, tenemos el crimen social, que es el resultado de sociedades que tienen en exclusión a una cantidad importante de sus ciudadanos".
Lo que plantea Medina
Para solucionar el grave problema, en el programa de gobierno, específicamente en el cuarto eje, el presidente electo toca el tema de seguridad pública.
Plantea el diseño e implementación de una política de seguridad ciudadana que supuestamente descansará en la prevención, en la transparencia de los organismos comprometidos y una sólida articulación para la puesta en práctica de las políticas contra la criminalidad.
Como parte de estas mejoras, consigna un aumento gradual y sustancial de los sueldos de los policías, sujeto a su avance académico y técnico en la carrera policial, crear y fortalecer una policía comunitaria dotada de valores éticos que promueva la vocación por el servicio a la comunidad y establecer observatorios ciudadanos en todo el país que permitan conocer el comportamiento social en lo relativo al patrón delictivo y a la violencia social (doméstica, feminicidios, acoso sexual, violencia infantil).
"De esta manera -auguran- la ciudadanía estará empoderada en la lucha contra la criminalidad".
Medina quiere crear -además- la Mesa de Inteligencia, una idea que al parecer trajo de Colombia, país que visitó para conocer sus esfuerzos en el combatir del crimen interno, y también mejorar las condiciones de los jóvenes en el acceso a la educación y al empleo para impedir que sean conquistados por el crimen. Se propone igualmente continuar los aspectos positivos y corregir los fallos del Plan de Seguridad Democrática (PSD), implementado desde el año 2005, y cuyos resultados son cuestionados por expertos nacionales.
Aunque no aparece en su dossier de propuestas, el desarme a la población será una posibilidad que también deberá sopesar el próximo gobierno, si es que el actual no se adelanta a los pedimentos de sectores, que claman poner coto a la situación, a fin de bajar la violencia y el crimen.
El experto en seguridad ciudadana y politólogo, Daniel Pou, entiende que para que esas políticas resulten, primero tiene que haber voluntad política y un compromiso real de todas las instituciones envueltas. Inicialmente, Medina parece tenerlo, pero habrá que esperar las señales que envíe desde la Presidencia.
Al entender de Pou, la seguridad pública presenta un gran desafío para la gestión de Medina, primero porque es un importante punto en su agenda de gobierno, y segundo, porque es algo que clama toda la ciudadanía sin importar el estatus social.
"Creo que dentro de los pilares que debe de tomar el nuevo gobierno para asumir su mandato está el tema de la seguridad ciudadana, claro no es un tema tan fácil porque hay elementos de reforma institucional que se van a llevar un poco más de tiempo, sobre todo, para asegurar la profesionalización, capacitación de los actores actuantes y sobre todo la transparencia y el control absoluto de las agencias de seguridad en la República Dominicana y del Ministerio Público, que es un elemento fundamental en la parte que tiene que ver en la persecución criminal", dice Pou.
Estima que lo primero que debe hacer el gobierno que se instalará en agosto es un diagnóstico de la situación, para a partir de ahí, hacer sus propuestas en la formulación de las políticas de seguridad. "Las políticas de seguridad no se pueden diseñar sobre la especulación, la seguridad tiene dos dimensiones muy importantes, una es la realidad y la otra es la percepción", insiste. El especialista, con 30 años de experiencia en estrategias de seguridad ciudadana, entiende que Medina deberá alejarse del Plan de Seguridad Democrática (PSD), y esbozar su propio proyecto, direccionado desde una política de seguridad estatal. A su juicio el PSD fue un buen intento de contingencia, pero que se extendió demasiado en el tiempo sin haber sido nunca agotado en todas sus propuestas.
Lo que sí valora como positivo es la instauración de la Mesa de Inteligencia que propone Medina, de la cual dijo, ya existen intentos.