Un armazón rojo, con las partes de metales ya oxidadas, sin rastro de lo que un día fue un parabrisas o espejos retrovisores y las llantas desinfladas, es lo que queda del camión de bomberos del municipio de San Rafael del Yuma, en la provincia La Altagracia.
La chatarra aguarda al lado de una terraza de madera y zinc que funge como estación, y a su alrededor, la maleza adquiere altura y verdor, muestra del tiempo que el vehículo lleva estacionado sin uso.
Por encima del panorama de deterioro del camión, se escucha la voz del director del Cuerpo de bomberos de la localidad, Silvestre Alexis Concepción Mota, que se queja del abandono en que las autoridades tienen ese organismo de socorro, sin equipos ni presupuesto suficientes.
"Nosotros estamos pasando mucha calamidad. Aquí se han quemado varias casas y nosotros hemos tenido que apagar el fuego con latas de agua", sostiene, mientras se afana por que el equipo de prensa haga una foto que logre sensibilizar a alguien, aunque no sabe exactamente a quién.
Insiste en que las condiciones en que están operando son vergonzosas y que por más que han solicitado ayuda, no han logrado que nadie se voltee a mirarlos, siquiera.
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