Pequeña hasta decir basta. Así es la miniaturización, el lógico paso de la tecnología que hace que en un mínimo espacio podamos tener tecnología hace unos años imaginable. Hasta este punto llega la videocámara que os presentamos hoy. Sus dimensiones son de un cubo de 1 milímetro, comparándose con un grano de sal. Como siempre digo, poned esa distancia en vuestros dedos e imaginad cómo sería en realidad. Se trata de un proyecto del Fraunhofer Institute y su fin es, cómo no, médico. Lógicamente la resolución que capta no está a la altura de las cámaras más tradicionales, quedándose en 0.05 megapíxeles que ofrecerán unas fotografías con poco detalle, pero suficientes bajo ciertas circunstancias. En lo que respecta a la utilidad de esta microcámara en nuestros hogares no cabe duda de que sería algo totalmente inservible, al menos por ahora. Pero los años seguirán pasando y esos 0.05 megapíxeles de hoy quizá se conviertan en unos cuantos dentro de unos pocos años, convirtiéndose en una cámara ideal y casi invisible para métodos de seguridad, por ejemplo. Ya no nos sorprenderemos si la vemos la próxima vez que vayamos al médico.
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