¿Cómo se llama? ¿cómo se llama...? A menudo suele ocurrir que se nos acerca una persona cuya cara podemos reconocer, pero es imposible recordar su nombre. Ahora científicos parecen haber entendido porqué, en ocasiones, olvidamos el nombre pero no la cara de un conocido: recordar diversos aspectos de una situación es un trabajo "de equipo" en el cerebro. Según los investigadores de la Universidad de Bristol, Inglaterra, cuando necesitamos recordar cómo un objeto particular, por ejemplo una cara, surgió en un lugar o en algún momento particular, es necesario que actúen juntas múltiples regiones cerebrales. Éstas son el hipocampo, la corteza perirrinal y la corteza prefrontal medial...
Se sabe desde hace tiempo que estas tres regiones parecen tener papeles específicos en el procesamiento de recuerdos. La corteza perirrinal parece ser crucial para nuestra capacidad de reconocer si un objeto es conocido o nunca lo habíamos visto. El hipocampo es muy importante para el reconocimiento de lugares y para la navegación, y la corteza prefrontal medial está asociada con funciones cerebrales mayores. Pero éste es el primer estudio que muestra que estas tres regiones pueden interactuar.
Circuito cerebral: Los científicos, que publican la investigación en Journal of Neuroscience (Revista de Neurociencia), llevaron a cabo experimentos con ratones para examinar la función del hipocampo en las tareas de reconocimiento de recuerdos. En experimentos separados también investigaron cómo el hipocampo interactúa con las dos cortezas, la perirrinal y la prefrontal medial. "Los procesos pueden volverse defectuosos con el paso de la edad, o quizás estamos demasiado ocupados para esforzarnos en recordar, o puede deberse a que una porción del circuito cerebral no está funcionando" Dra. Clea Warburton. Descubrieron que ni el recuerdo del "objeto en su lugar" (donde dejamos las llaves) ni del "reconocimiento del orden temporal" (donde las vimos por última vez) pueden formarse si se rompe la comunicación entre estas tres regiones. Según los investigadores, el estudio revela la presencia de un importante circuito cerebral hasta ahora desconocido.
"En la vida diaria normal recogemos información en este circuito cerebral, que puede involucrar también a otras partes del cerebro", explica la doctora Clea Warburton, quien dirigió el estudio. "Si reconocemos a alguien en el supermercado pero no recordamos su nombre, esto puede deberse a que sabemos que hemos visto a esa persona en otra parte, quizás en el trabajo". Y esta dificultad para recordar dónde la hemos visto, agrega la investigadora, puede deberse a varias razones. "Los procesos pueden volverse defectuosos con el paso de la edad, o quizás estamos demasiado ocupados para esforzarnos en recordar, o puede deberse a que una porción del circuito cerebral no está funcionando". "Por eso necesitamos usar estrategias para poder procesar mejor la información", agrega. Estas estrategias, dice, pueden involucrar repetir en voz alta el nombre de una persona cuando nos la presentan la primera vez, o poner atención en una clave de su cara o cabello, cualquier cosa que ayude a que ese recuerdo se forme con más profundidad en nuestra memoria. Tal como señalan los investigadores, el hallazgo de la función conjunta de estas regiones tiene implicaciones importantes para el entendimiento de la memoria y para ayudar a tratar a personas con discapacidades de memoria, como quienes sufren de la enfermedad de Alzheimer.
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