Identificada con el Nº 1302, este jueves apunta directo hacia la Tierra. Esconde potenciales explosiones que conllevan consecuencias impredecibles sobre la atmósfera y los campos electromagnéticos. Tal como sucediera el 14 de febrero de 2011, la situación de riesgo para nuestro planeta afecta especialmente a las comunicaciones y el sistema de satélites artificiales. Todo depende de los acontecimientos de la superficie solar. La estrella produce permanentemente explosiones en su superficie, generadas por la energía almacenada en campos magnéticos que usualmente están debajo de las manchas solares. Justamente una de ellas, nombrada con el Nº 1302, la más amplia registrada y visible con un telescopio casero -y el instrumental adecuado para protegerse de los rayos solares-, estará apuntando perpendicularmente a la Tierra este jueves 29 de septiembre. Con 150.000 kilómetros cuadrados de extensión, la mancha oculta las potenciales explosiones aludidas en el párrafo previo. La dimensión es impredecible, pero tiene una importancia capital cuando se trata de analizar sus posibles consecuencias para la atmósfera terrestre...
A mayor tamaño de mancha, se entiende que el nivel de las llamaradas será también mayor, y con ello la emisión de rayos X -los más grandes- estará fuera de los parámetros normales. Esta medición es crucial, ya que se trata de los rayos que afectan especialmente las comunicaciones radiales y los campos electromagnéticos. Según la intensidad de estas "tormentas solares", el fenómeno de la radiación se medirá desde X1 a X40. Este último caso -que sería el mayor del presente ciclo solar- se toma como medida máxima porque su proporción al tamaño de la mancha 1302.
En este marco, hay que esperar a que los organismos de expertos como NASA o la Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en inglés) analicen la trayectoria de la mancha y los acontecimientos que en ella se producen. Los antecedentes del caso marcan que el 9 de agosto se produjo una llamarada, también proveniente de 1302, que afectó áreas al norte de Noruega -la región de Lofoten-, donde se midieron niveles extraordinarios de radiación.
El experto local Rob Stammers lo demostró a través del sitio web spaceweather.com, fuente de datos principal de esta nota. Andy Smith, de la población de Devon, al suroeste de Inglaterra, y Jan Karlovsky, de Hlohovec, Eslovaquia, también reportaron mediciones extraordinarias de niveles X en esa fecha. La NASA, por su parte, publicó un video -que acompaña esta nota- que muestra el instante en que los rayos ultravioletas elevan su influencia sobre estas regiones terráqueas.
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