El galardón a La Paz lo obtuvo el alcalde Lituano que aplasta autos mal estacionados con un tanque. La distinción en medicina fue para un doctor que descubrió que tener la vejiga hinchada afecta la toma de decisiones. Los premios anuales, que buscan alentar la investigación científica de un modo ingenioso, son entregados por el Journal of Improbable Research como una divertida parodia de los verdaderos Premios Nobel, que serán anunciados la próxima semana. Además del aplasta-coches y los estudios urinarios, los Ig Nobel también recayeron esta vez sobre investigadores que descubrieron que al macho escarabajo bupréstido le gusta copular con las botellas pequeñas de cerveza australiana llamadas "stubbies", y en otros trabajos que mostraron por qué los lanzadores del disco se marean y los del martillo, no. Anteriores ganadores del Premio Nobel real entregaron los simpáticos galardones en una ceremonia realizada en la Universidad de Harvard en Massachusetts...
Marc Abrahams, editor de la publicación y creador de los Ig Nobles, dijo que uno de sus favoritos era el ganador del Premio de Seguridad Pública de este año: John Senders, de la Universidad de Toronto, Canadá. Senders y sus colegas realizaron experimentos para ver cómo las distracciones, por ejemplo un casco con un visor que cae reiteradamente sobre la cara de una persona, afectan la atención durante la conducción en carreteras. Peter Snyder, profesor de Neurología en la Universidad Brown en Providence, Rhode Island, fue parte de uno de los dos equipos que se llevaron el premio de Medicina por estudiar cómo las ganas de orinar afectan la toma de decisiones.
El equipo de Snyder ideó un experimento en el que los voluntarios realizaban pruebas en computadores y luego bebían periódicamente 250 ml de agua, mientras los científicos medían los efectos de las cada vez más hinchadas vejigas de los voluntarios sobre su atención y memoria. El objetivo era ver quién podía durar más antes de correr al sanitario. El estudio halló que la atención y la memoria funcional sufren cuando se está tan concentrado en que se debe orinar. "Cuando tienes que ir, tienes que ir", señaló Snyder. Abrahams dijo que los jueces de los Ig Nobel pasaron gran parte del año revisando grandes pilas de nominaciones, y que el proceso de selección puede ser a veces muy arduo. "Nosotros lo pasamos muy bien al escogerlos. Cada tanto debo recordarles cuál es el premio sobre el que estamos discutiendo", afirmó.
Otros ganadores: Arturas Zuokas, alcalde de Vilna, Lituania, ganó el Premio de la Paz por mostrar que el problema de los vehículos de lujo que se estacionan en zonas prohibidas se puede solucionar con un tanque blindado que los aplaste.
John Perry de la Universidad Stanford, por su Teoría de Dilación Estructurada, que sostiene que quienes postergan las cosas para más adelante pueden ser motivados a hacer algo importante siempre y cuando lo hagan como una forma de evitar hacer algo de mayor relevancia.
Anna Wilkinson de la Universidad de Lincoln en el Reino Unido, Natalie Sebanz de la Radboud University Nijmegen en Holanda y otros colegas fueron distinguidos por su estudio que no halló evidencias de que los bostezos sean contagiosos entre las tortugas de pies rojos.
Makoto Imai, Naoki Urushihata, Hideki Tanemura, Yukinobu Tajima, Hideaki Goto, Koichiro Mizoguchi y Junichi Murakami de Japón por determinar la densidad ideal del wasabi -un rábano picante- transportado por el aire para despertar a las personas que están durmiendo y por aplicar este conocimiento al diseño de una alarma de incendio con wasabi.
Karl Halvor Teigen de la Universidad de Oslo, Noruega, por intentar entender por qué, en su vida cotidiana, la gente suspira.
Los estadounidenses Dorothy Martin, que predijo que el mundo se acabaría en 1954; Pat Robertson, que le puso fecha de finalización en 1982; Elizabeth Clare Prophet, que haciendo honor a su apellido anunció el fin del mundo para 1990; Harold Camping, que le dio dos oportunidades al Apocalipsis: 6 de septiembre de 1994 y 21 de octubre del 2011; el coreano Lee Jang Rim, para quien el mundo se acabaría en 1992; Shoko Asahara de Japón, que creyó lo mismo pero para el año 1997; y Credonia Mwerinde de Uganda, que lo predijo para 1999: todos ellos fueron premiados por enseñarle al mundo a ser cuidadoso al realizar cálculos y suposiciones matemáticas.
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