Es probable que la nave espacial secreta estadounidense X-37B esté espiando a China, según un informe publicado en la revista Spaceflight. El vehículo no tripulado fue puesto en órbita por la Fuerza Aérea de Estados Unidos en marzo del año pasado y todavía no regresa a la Tierra.
El Pentágono se ha negado a discutir su misión, pero seguidores aficionados han observado cómo su trayectoria en órbita es casi idéntica a la del laboratorio espacial de China, Tiangong-1. Se especula que el X-37B está espiando a la nave china.
"El espionaje entre vehículos espaciales es una nueva actividad posible gracias al desarrollo de sensores mejorados, los que creemos que el X-37B puede estar utilizando para mantener una estrecha vigilancia sobre la estación espacial de China", dijo el editor de Spaceflight, David Baker.
El X-37B, también conocido como el Vehículo de Prueba Orbital (OTV por sus siglas en inglés), parece un trasbordador espacial en miniatura y puede planear de regreso a la atmósfera para aterrizar en una pista, al igual que la nave espacial tripulada re-utilizable de la NASA solía hacerlo antes de su retiro el pasado mes de julio.
Construida por Boeing, la nave robótica de la Fuerza Aérea tiene nueve metros de largo y un volumen de carga similar al de una pequeña furgoneta. Pero la Fuerza Aérea no está dispuesta a discutir lo que pasa en la bodega de carga.
La actual misión fue lanzada en un cohete Atlas y puesta en una órbita baja, a un poco más de 300 kilómetros de altura, con una inclinación de 42,79 grados respecto al ecuador - un perfil inusual para una misión militar de EE.UU.
Vigilantes
El vuelo del X-37B ha sido seguido por un dedicado grupo de especialistas en óptica de seguimiento en EE.UU. y Europa, intrigados por lo que el vehículo puede estar haciendo. Estas personas han visto cómo su órbita coincide en gran medida con la del Tiangong.
El laboratorio espacial, que China espera equipar con una tripulación de astronautas en 2012, fue lanzado en septiembre con una inclinación de 42,78 grados, y una altura muy similar al OTV. Washington mantiene una profunda desconfianza frente a las ambiciones espaciales de Pekín.
Parte del problema es que China mantiene pocas distinciones entre los programas espaciales civiles y militares, a diferencia de otras partes del mundo, como Europa, donde los estatutos de la agencia espacial, la ESA, la circunscriben a programas "exclusivamente pacíficos".
Esa distinción también es muy clara en EE.UU., donde la NASA está al frente de la mayoría de los proyectos civiles.
En China, en cambio, la línea es más tenue y los militares se involucran en todos sus programas espaciales. "Si esto es lo que el X-37B está haciendo, realmente creo que no está mal", dijo Baker a la BBC. "Al igual que pasó durante la Guerra Fría, la proliferación de los sistemas de vigilancia del espacio nos ha permitido llegar a acuerdos de control de armas que no habrían sido posibles sin que cada lado supiese plenamente lo que el otro lado estaba haciendo."
Dudas
No todos están convencidos por esos análisis. Brian Weeden es un asesor técnico de la Fundación Secure World (Mundo Seguro) y un ex analista de la Fuerza Aérea estadounidense. Él publicó el año pasado su propia evaluación de las capacidades del X-37B y su papel como una plataforma para probar tecnologías antes de que se incorporen a un otros satélites espías.
Weeden piensa que el Oriente Medio es un objetivo más probable para cualquier nuevo sensor que el X-37B pueda llevar. "Un satélite espía típico se encuentra en una órbita polar, lo que le da acceso a toda la Tierra", dijo a la BBC.
"El X-37B está en una inclinación mucho menor lo que significa que sólo puede ver una banda muy estrecha de latitudes, y la única cosa que es de verdadero interés en esa banda es el Medio Oriente y Afganistán.
"¿Estará espiando al Tiangong-1? En realidad no lo creo, creo que el hecho de que sus órbitas se cruzan de vez en cuando, eso es sólo una coincidencia. Si EE.UU. quisiera vigilar al Tiangong, tiene suficientes activos para hacer eso sin usar al X-37B. "La más reciente edición de Spaceflight, con su análisis del X-37B, se publica este fin de semana.
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