Se pensaba -o al menos así lo habían mostrado los estudios científicos- que el deterioro de nuestras capacidades cerebrales comenzaba a los 60 años. Pero una nueva investigación encontró que estas funciones, que incluyen el razonamiento, la memoria y la comprensión, comienzan a deteriorarse desde los 45 años.
La investigación, publicada en British Medical Journal (BMJ) (Revista Médica Británica), siguió durante 10 años a 7.000 empleados públicos, hombres y mujeres de entre 45 y 70 años. El estudio, llevado a cabo en la Universidad de Londres (UCL), analizó capacidades de memoria, vocabulario y comprensión.
Los científicos encontraron un deterioro de 3,6% en el razonamiento mental tanto en hombres como mujeres de entre 45 y 49 años. Esto demuestra, afirman los expertos, que nuestro deterioro cerebral comienza mucho antes de lo que se pensaba. Y el hallazgo podría conducir a nuevas herramientas para diagnosticar la demencia más temprano. Lo cual es importante porque los tratamientos para esta enfermedad son más efectivos cuando los pacientes comienzan a experimentar las discapacidades mentales.
La profesora Archana Singh-Manoux, del Centro para la Investigación de Epidemiología y Salud de la Población de Francia, quien dirigió el estudio en la UCL, analizó las funciones cognitivas de 5.198 hombres y 2.192 mujeres que trabajaron como empleados públicos británicos de 1997 a 2007. Los participantes fueron sometidos a pruebas de memoria, vocabulario y comprensión auditiva y visual. En el estudio se tomaron en cuenta factores como el nivel educativo de los participantes.
Crisis de la mediana edad
Los resultados de las pruebas mostraron que las puntuaciones de las capacidades cognitivas se deterioraban en todas las categorías, excepto la de vocabulario, y que el deterioro era más veloz entre las personas más mayores. El estudio encontró una disminución de 9,6% en el razonamiento mental de los hombres de entre 65 y 70 años, un de 7,4% entre las mujeres de esa misma edad. Para hombres y mujeres de entre 45 y 49 años, el deterioro fue de 3.6%.
Según la profesora Singh-Manoux, la evidencia del estudio demuestra que en la demencia interviene un deterioro cognitivo que dura entre dos o tres décadas. "Ahora necesitamos investigar quién experimenta un deterioro cognitivo mayor que el promedio y cómo evitarlo" dice la investigadora. "Definitivamente es posible lograr cierto nivel de prevención". "Las tasas de demencia seguirán aumentando drásticamente y las conductas de salud como el tabaquismo y la actividad física están vinculados a los niveles de función cognitiva". "Es importante identificar más temprano los factores de riesgo". "Si la enfermedad ya ha comenzado en un individuo de 50 años pero sólo analizamos el riesgo del trastorno a los 60 años, ¿cómo podemos comenzar a separar la causa y el efecto?" plantea la investigadora.
La doctora Anne Corbett, de la organización Alzheimer's Society, afirma que el estudio ofrece nueva información importante sobre el deterioro cognitivo, pero todavía quedan varias preguntas que resolver. "El estudio no nos dice si alguna de estas personas posteriormente desarrolló demencia, o qué tan factible hubiera sido que un médico general detectara esos cambios tempranos" dice la experta. "Ahora necesitamos más estudios que nos ayuden a entender más ampliamente cómo medir los cambios en el cerebro para poder mejorar el diagnóstico de la demencia", agrega.
Otros expertos afirman que, mientras se obtiene esa evidencia, podemos comenzar ahora a hacer cambios en nuestro estilo de vida que ayuden a prevenir este deterioro. Tal como señala el doctor Simon Ridley, de la organización Alzheimer Research Uk, "aunque todavía no contamos con una forma segura de prevenir la demencia, sabemos que los simples cambios en el estilo de vida, como comer una dieta sana, no fumar y mantener un control de la presión arterial y el colesterol, pueden reducir el riesgo de la enfermedad".
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