Diana Nyad, una experta en la disciplina acuática, busca cubrir 166 kilómetros en 60 horas para batir un nuevo récord tras el que ella misma impuso en 1979. Pasará por una zona de tiburones. La nadadora estadounidense Diana Nyad, de 61 años, arribó este sábado a La Habana para cruzar a nado los 166 kilómetros que separan a Cuba de Cayo Hueso, en el extremo sur de Florida (EE.UU.), en un intento que tendrá el domingo. Nyad llegó vía áerea a la isla según informaron a Efe fuentes del Club Náutico Internacional Ernest Hemingway de Cuba (CNIC), donde el domingo la nadadora tiene previsto dar una rueda de prensa y posteriormente lanzarse al mar en horas de la tarde...
El Comodoro del CNIC, José Miguel Díaz Escrich, dijo que el acontecimiento que protagonizará Nyad ha llevado un largo proceso preparatorio, y será el inicio de la conmemoración por los 20 años de esa entidad náutica. Durante una década, hasta su retirada, Nyad fue considerada la mejor nadadora de larga distancia del mundo, y batió numerosas plusmarcas universales, incluida la de 7 horas y 57 minutos alrededor de la Isla de Manhattan, que databa de 50 años. Ahora la estadounidense se propone batir la marca en aguas abiertas que impuso ella misma en 1979, cuando pasó a los libros de récords al completar a nado el recorrido más largo de la historia, desde la costa de Bimini, en Bahamas, hasta la costa de Florida. En 1978, Nyad intentó realizar la travesía entre Cuba y Florida pero las adversas condiciones meteorológicas con que se topó entonces la obligaron a abandonar su objetivo.
Según se prevé, cuando la atleta estadounidense se lance al mar desde La Habana nadará unas 60 horas y sin la protección de una jaula contra tiburones, hasta alcanzar su meta. Además de los tiburones de las aguas del Caribe, tendrá que enfrentar otras amenazas como la posibilidad de sufrir deshidratación, hipotermia, náuseas y hasta momentos de delirio y desorientación. Aproximadamente cada hora y media Nyad deberá detener sus brazadas para mantenerse flotando e ingerir alimentos líquidos y algunas frutas. Como parte de la estrategia de seguridad, se lanzarán al mar hombres en kayak para vigilar atentos su travesía, y se dispondrá de sistemas de localización por GPS y dispositivos en forma de varas que emiten ondas eléctricas para ahuyentar a los tiburones que se acerquen con peligro a ella.
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