Un predicador marroquí proclamó una fatwa, edicto islámico, en la que autoriza a la mujer soltera a masturbarse, y le recomienda que lo haga utilizando zanahorias, botellas o incluso el mango de un mortero. Lo que podría haber quedado en una anécdota se convirtió en un asunto de mayor importancia por la controversia que generó en el país norteafricano. Tanto es así, que el tema llegó hasta el Parlamento marroquí. Abdelbari Zamzami, un polémico predicador de ese país, emitió hace unos días la fatwa de la discordia, un pronunciamiento legal en el que da vía libre a la masturbación femenina y aporta consejos sobre qué elementos utilizar para practicarla...
Según el predicador, su intención es impedir que la mujer "caiga en el pecado", para evitar tentaciones que se puedan dar fuera del marco del matrimonio. Zamzami aclaró además que la fatwa "no es de obligado cumplimiento, porque se dirige sólo a la persona que lo necesita". En este punto, precisó que el edicto religioso está destinado de forma especial a las mujeres que tienen "impedimentos" para casarse. Pero, aun sin quererlo, Zamzami reabrió el debate sobre cómo se emiten las fatwas y el alcance o influencia que pueden llegar a tener entre los fieles musulmanes. No es la primera vez que Zamzami genera revuelo con sus edictos. En su anterior fatwa, Zamzami autorizaba a los hombres a practicar la necrofilia, siempre que lo hicieran con sus esposas "recién muertas".
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