El golfista sufrió un inconveniente gástrico mientras esperaba el golpe de salida de un rival. Tras el hecho no pudo contener la risa, aunque no es la primera vez que le ocurre. A veces es difícil contenerse. Más allá del respeto por las reglas, Tiger Woods no se aguantó y se le escapó una flatulencia delante de rivales y espectadores. Fue a la salida de un golpe de su colega Graeme McDowell. Sin embargo, esta misma situación le había ocurrido hace dos años en el Buick Open, en Michigan. En aquella ocasión, los micrófonos distribuidos dentro del circuito de 18 hoyos también detectaron un flato del deportista estadounidense, que lejos de ponerse "colorado" sigue haciendo de las suyas.
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