Kelvin Jiménez regresó ayer al país desde Japón, donde pasó momentos de angustia y desesperación debido al tsunami que golpeó esa nación el pasado día 11, una experiencia que narró a El Caribe con el rostro de una persona que jamás pensó ver tanto en poco tiempo. Jiménez, uno de varios dominicanos que fueron contratados para accionar en la venidera temporada de las Grandes Ligas japonesa, pudo ayer abrazar a su esposa e hijos luego de pasar por el momento más difícil de su vida. “Estaba en el camerino del equipo que se encuentra en un segundo piso y la verdad es que fue bien difícil porque todo el edificio se movía y no sabía para dónde coger. Fue un caos en la ciudad entera”, expresó Jimenez desde la comodidad de su residencia, ubicada en la carretera Sánchez. El lanzador dominicano se encontraba en Sendai, que es la capital de la prefectura de Miyagi y es la mayor ciudad de la región de Tohoku, ubicada al norte de Japón, la parte más afectada por el terremoto y el tsunami. Su contrato es con el conjunto de las Águilas de Rakuten, que le dio cuatro días de permiso para visitar a sus familiares en la República Dominicana, lo que agradece infinitamente. “Lo que hicimos fue quedarnos en el estadio (Kleenex Stadium) esperando que todo se calmara. La verdad es que fueron unas horas duras”, agregó Jiménez.
0 comentarios:
Publicar un comentario