Cuando un pelotero y su agente llegan a un acuerdo con un equipo de las Grandes Ligas, las cifras que generalmente trascienden son el monto del pacto y el tiempo de duración del mismo, que se hacen oficiales siempre y cuando el atleta pase la prueba física. Las cláusulas no se conocen tan a menudo. Sin embargo, cuando el jugador completa el proceso burocrático del contrato básico (poner el nombre completo y firmar en dos partes) se compromete con un documento de ocho páginas de letras en miniaturas con enlaces a otros acuerdos que incluyen detalles que van desde la asistencia a campamentos militares hasta la cancelación del acuerdo en caso de que el jugador no mantenga una condición física adecuada. Incluso, si un jugador recibe una oferta para participar en alguna promoción, debe tener una autorización por escrito del equipo, que puede rechazarla si entiende que no beneficia a la organización. El equipo es dueño de los derechos de imágenes del jugador, inclusive de los dos juegos de uniformes que suministra al inicio de la temporada. DL tuvo acceso a una hoja de contratos para la temporada 2011 (MLB Uniform Player's Contract) y la misma exige horas de estudios para conocer el compromiso que se asume. ¿Revisarán los peloteros estos comprometedores detalles que pueden tirar por la borda pactos millonarios? Entre otras cosas, el jugador no puede participar en eventos de lucha libre, boxeo, esquí, carrera de autos o de motos, buceo, partidos de fútbol americano, balompié, baloncesto, hockey sobre hielo o cualquier otro deporte que envuelva un riesgo sustancial de peligro de lesión. La norma de prohibir a los atletas de un determinado deporte practicar otro es casi un estándar en los pactos. El lanzador dominicano José Acevedo, luego de agotar una de sus mejores temporadas del béisbol invernal en 2007, vio terminada su carrera tras accidentarse en una moto. En ese entonces, tenía una invitación al campo de entrenamiento de los Orioles de Baltimore.
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