Grillos y gusanos rebosan de proteínas. Con ellas, la Agencia de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) quiere sustituir las del ganado porque éstas ya no alcanzan para abastecer a la población urbana mundial. Serge Verniau, director de la FAO, acaba de anunciar un proyecto de cría de insectos con fines alimenticios en Laos. "La mayoría de la población mundial va a vivir a la ciudad. Intentar alimentar con proteínas al planeta entero con cría de ganado no funcionará", explicó. El objetivo del plan es mejorar la alimentación, reduciendo los costos. No es casual que la prueba piloto se haga en este país asiático de seis millones de habitantes en el cual casi 40% de los niños menores de cinco años está desnutrido. Los insectos son muy ricos en vitaminas y proteínas, aptos, por lo tanto, para suplir las carencias alimenticias, en particular en países que carecen de recursos naturales y de espacio geográfico. La valla, por supuesto, es cultural. Si bien la ingesta de gusanos y grillos es algo practicado en muchas regiones de África y Asia, nada hay más alejado de la dieta occidental, donde encontrar una mosca en el plato causa escándalo. Aunque hay excepciones, claro, como la de la actriz mexicana Salma Hayek que dijo apreciar las hormigas fritas. Verniau planea una gran conferencia mundial sobre insectos comestibles para el año 2012 con el fin de instalar la idea. Y ya existen experimentos y estudios sobre cómo preparar platos y golosinas con escarabajos, avispas o langostas (ver Llegó la comida del futuro). En Laos, los insectos han sido siempre parte de la alimentación. El inconveniente a salvar es su reproducción. "Simplemente los recogen de la naturaleza, los comen y luego no hay más", explica Oudom Phonekhampheng, decano de la facultad de Agricultura de la Universidad Nacional de Laos.
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