Tal como lo piden Italia y Francia, la comisaria de Interior de la UE, Cecilia Malmström , propuso dejar temporalmente sin efecto la libre circulación dentro del bloque. "Los acontecimientos extraordinarios en la otra orilla del Mediterráneo exigen cambios en la política europea" de migración y asilo, aseguró. Aunque advirtió que debe hacerse "en condiciones estrictas y bajo vigilancia europea". En un comunicado enviado a las instituciones comunitarias, la funcionaria se hizo solidaria con los reclamos del presidente francés, Nicolas Sarkozy, y del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ante la llegada al continente europeo de más de 20 mil tunecinos desde enero, cuando se produjo la revuelta que acabó con el régimen de Ben Alí. Del mismo modo, es inminente el arribo de miles de libios. El proyecto contempla establecer un nuevo mecanismo de control en la circulación dentro de Europa cuando un Estado "no sea capaz de cumplir sus obligaciones de controlar su parte de la frontera externa o donde una sección concreta de la frontera exterior se vea sometida a una gran presión debido a acontecimientos externos". Esto, agrega el texto, "reducirá la necesidad de adoptar medidas unilaterales como la reintroducción temporal de controles fronterizos internos o la intensificación de los controles policiales". La zona bajo cumplimiento del Tratado Schengen comprende todos los países de la UE excepto Irlanda, Reino Unido, Chipre, Bulgaria y Rumania, junto a los extracomunitarios Noruega, Islandia, Suiza y Liechtenstein.
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