Chávez volvió a Cuba para tratamiento.

El presidente venezolano llegó a la isla para continuar su tratamiento contra el cáncer. Comenzará las sesiones de quimioterapia, pero se desconocen los pasos a seguir. Su salud vuelve a ser un misterio...

El líder bolivariano bien podría haberse atendido en Brasil, en la misma clínica donde se trataron el presidente paraguayo, Fernando Lugo, y la mandataria brasileña, Dilma Rousseff. Sin embargo, decidió volver a Cuba donde el gobierno de Raúl Castro se ocupa de blindar la información. El bolivariano ya fue intervenido quirúrgicamente en dos oportunidades. En la segunda operación le extirparon un tumor maligno. Esa es toda la información certera que se tiene sobre su salud. Lo demás, ya son especulaciones. Es que desde el gobierno venezolano se ha decidido expresamente escatimar datos. El estado real del mandatario es un misterio.

Chávez, de 56 años, fue recibido la noche del sábado 16 de julio en el aeropuerto internacional de La Habana por el presidente cubano, según una breve nota del Gobierno leída en el noticiero de la medianoche, informó Reuters. Antes de partir, En un discurso frente a sus ministros, diputados y compañeros de partido, Chávez reveló detalles de los días que le siguieron a la noticia del cáncer que le fue detectado en Cuba luego de una operación.

"Ya tenía como seis días desde la operación, eran curas diarias de drenaje doloroso, cuando no se sospechaba de la presencia maligna", narró y reiteró que fue Fidel Castro quien le dio la noticia del cáncer. "Dame un día nada más, quiero un día libre para pensar. Luego vino el proceso para la segunda operación. Desde esa tarde comencé a vivir mi propia revolución interior, creo que se me han desatado no sé cuántas cosas por dentro. Muchas cosas, muchos sentimientos", aseguró.

¿Cuánto tiempo se quedará en la isla? ¿Qué tipo de tratamiento recibirá? ¿Cómo está integrado el equipo médico que lo atenderá? ¿Quiénes lo visitarán? ¿Cuántas decisiones de Gobierno podrá tomar desde Cuba? Todas estas preguntas no tienen respuestas. Y, desde La Habana, se reducen las posibilidades de contar con información.

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