Algunas personas parecen haber nacido con una sonrisa en el rostro, siempre optimistas. Otras no parecen estar tan satisfechas con su vida. Y esto, al parecer, se debe a un gen. O al menos eso es lo que concluye un estudio llevado a cabo por investigadores de una universidad británica. El responsable, como explicó a la BBC Jan Emmanuel De Neve, economista conductual de la London School of Economics, quien llevó a cabo la investigación, es un gen llamado transportador de serotonina o gen 5-HTT. "Este gen ya ha sido estudiado en el pasado porque es crucial para el "reciclaje" y acumulación de serotonina, que es el neurotransmisor vinculado a la regulación y control de las emociones y el estado de ánimo" señala el investigador. Existen dos versiones, una larga y otra corta, y ambas parecen estar distribuidas proporcionalmente en la población, agrega.
La investigación, publicada en Journal of Human Genetics (Revista de Genética Humana), fue llevada a cabo con 2.500 adultos, todos de entre 20 y 30 años. Se les preguntó cuán satisfechos estaban con su vida. ¿Genes o experiencias? Los resultados mostraron que quienes tenían la versión corta, y menos eficiente, del gen 5-HTT, tenían más probabilidades de ser pesimistas. Y aquéllos con la versión larga del gen tienen más disposición al optimismo y a ver siempre "un vaso medio lleno". El hallazgo vuelve a plantear el largo debate sobre qué es más importante: los genes o el medio ambiente en el cual nos desarrollamos.
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