El debate sobre cuál ha sido el mejor equipo de fútbol de la historia seguramente nunca se resolverá de forma definitiva. Pero este sábado el FC Barcelona le dio un nuevo argumento a quienes reclaman ese título para el equipo que dirige Pep Guardiola.
Por lo pronto, ya nadie les puede disputar la Copa de Campeones de Europa —la segunda en los últimos tres años— que obtuvieron en Londres luego de derrotar por 3 a 1 al Manchester United. Y la autoridad con la que se impuso el Barça ante el que sin duda es uno de los grandes equipos europeos también abonará a la leyenda de jugadores como Xavi, Iniesta y, sobre todo, Lionel Messi, quien marcó el gol que a la postre le daría victoria a los catalanes. La decisión del Barça de dejar que fuera el defensor francés Eric Abidal -recientemente operado de un tumor en el hígado- quien recibiera la copa, también le agregó un punto extra de emoción a la ceremonia.
Detalles como éste, o como la decisión de pagar para jugar con el logotipo de Unicef en el pecho, seguramente han contribuido a aumentar el atractivo del Barcelona por todo el planeta. Es en el terreno de juego, sin embargo, donde el Barça está construyendo su leyenda. Y el Manchester de sir Alex Ferguson —que tampoco pudieron con los azulgrana en la final de Roma, hace dos años— puede dar amplio testimonio de su talento. Así, durante buena parte del partido, los "Diablos Rojos" no pasaron de ser meros espectadores. Y la belleza casi hipnótica de su juego colectivo, su compromiso con el espectáculo y el fútbol ofensivo, y la magia de Messi, estuvieron todos en evidencia en la final de Wembley.
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