Una improvisada escalera construida en madera y que se utiliza como pasarela, sirve de paso a residentes de la comunidad La Playita del sector La Ciénaga, desde la caída del puente que comunica a esa localidad con Villa González...
span class="fullpost">Esta situación se repite en el municipio de Puñal, donde al menos dos badenes fueron arrastrados por las aguas el año pasado y todavía ninguna autoridad se ha presentado al lugar para repararlo. Mientras, en Monte de la Jagua, en la carretera que une al aeropuerto Cibao con Moca, el puente nueva vez comenzó a presentar hundimientos, pese a que hace algunos meses fue intervenido.
El colapso de la pasarela de La Playita ya cumplió un año y dos meses, y para colmo del descuido y la indiferencia, hasta las varillas que dejaron tiradas los obreros e ingenieros del Ministerio de Obras Públicas fueron robadas por desconocidos. Sonia Jáquez, residente en La Playita, dice que hay centenares de familias que han quedado incomunicadas por la falta de un puente.
“Lo más grave de esta situación es cuando llueve, el agua vuelve y arrastra la pasarela improvisada que hemos colocado y nos deja incomunicados para poder llegar hasta Villa González”, expuso Jáquez al ser entrevistada por reporteros de El Caribe. La escalera colocada para atravesar el río Quinigua está a punto de colapsar. La madera con la que lo construyeron ha empezado a mostrar los estragos de la carcoma.
Las mayores dificultades las enfrentan los campesinos de la zona que no encuentran como sacar sus productos para comerciarlos. Santiago Peña expresó que La Playita parece una comunidad olvidada que, pese a las protestas y denuncias que han hecho y de las que se han hecho eco los medios de comunicación, no han recibido la atención requerida. Advierten que ya está bueno de espera y que no se les deja otro camino que seguir protestando. Comunidades como Palmar y Los Guineos también se ven imposibilitados de comunicarse con La Ciénaga y de transportar sus cosechas.
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