Nadal ha logrado llegar a las semifinales de Roland Garros sin necesidad de mostrar un tenis de campeón. Su juego le ha podido dejar fuera en rondas anteriores y él es consciente de las dudas que genera, pero ante Soderling el español demostró porqué es el número 1 de la ATP...
Ahora se verá las caras con Murray por un puesto en la final de su torneo estrella, donde se juega algo más que el primer puesto del ranking mundial frente a Djokovic, que le arrebatará la corona si vence en las otras semifinales a Roger Federer. Nadal espera celebrar sus 25 años igualando el récord de los seis triunfos que Björn Borg ostenta desde los 70' en París, aunque sea como segundo tenista de la ATP.
Despertó en el momento adecuado. Tras sembrar las dudas por el nivel exhibido ante John Isner, Pablo Andújar, Antonio Veic o Ivan Ljubicic, Rafa Nadal sacó su mejor repertorio ante el que años atrás, fue su verdugo en Roland Garros, Robin Soderling. Frente al sueco demostró lo que es capaz de hacer en dicho escenario, París es su torneo estrella, la tierra en la que se ha coronado cinco veces y en la que espera hacerlo una vez más. Pero para ello, debe superar antes a Andy Murray en semifinales, jugador que llega tras superar sus problemas de tobillo y con un fin claro, ser el tercer británico en disputar la final del Gran Slam galo, Fred Perry y Bunny Austin, lo hicieron antes.
Nadal ha ganado 35 de las 36 semifinales que ha disputado sobre tierra batida y 43 de los últimos 44 partidos de Grand Slam, y aunque sabe que cada duelo es diferente, confía en levantar por sexta vez en su carrera la Copa de los Mosqueteros, igualando así el récord que ostenta el sueco Björn Borg desde los años 70'. El número 1 de la ATP también está en juego, aunque el mantenimiento del mismo ya no depende de él. Djokovic se encuentra en un momento de juego envidiable, su fuerza física y mental ha conseguido doblegar a Nadal y Federer, con quien volverá a verse las caras en las semifinales de Roland Garros. Rafa es consciente de que el liderazgo de la ATP lo perdió hace tiempo, pero ello no es un problema para el español, que lo único que desea es seguir disfrutando de su juego, recuperar las sensaciones que le hicieron campeón y celebrar una vez más el triunfo mostrando su copa frente a la Torre Eiffel. Su sexto título se encuentra a dos pequeños pasos, Nadal se juega en París mucho más que el número 1, se juega también su confianza, su prestigio y su hegemonía en la ciudad del amor y la luz.
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