martes, 11 de octubre de 2011

Pasó tres años muerto frente al palacio Buckingham.


Un hombre que estaba obsesionado con Isabel II se escondió en una isla cercana al palacio real en Londres. Su esqueleto fue encontrado durante una revisión general. El macabro hallazgo sucedió en marzo, pero se dio a conocer la semana pasada cuando fue publicado por el instituto forense de Westminster. El cuerpo, reducido a un esqueleto, pertenecía a Robert James Moore, un estadounidense que estaba obsesionado con la reina y que durante 15 años le había enviado todo tipo de paquetes y cartas. Con problemas de adicciones al alcohol, fue detenido en Estados Unidos por conducir ebrio un automóvil. En 2007, Moore se trasladó a Reino Unido, en donde alimentó su obsesión por Isabel II. El lugar donde se apostó es una pequeña isla del parque londinense de Saint James, ubicado a menos de 100 metros del Palacio de Buckingham. Tenía atadas a su cintura tres botellas de vodka, una práctica común entre los borrachos callejeros para que no le robaran su alcohol...

Según los forenses, el cuerpo llevaba al menos tres años en ese lugar, un punto del parque no accesible al público y el que se revisa cada dos años para hacer una evaluación del terreno y del estado general de los árboles. A la isla, sólo es posible acceder a nado o mediante una barca. Desde allí, podía ver los aposentos de la reina británica. La Casa Real no se pronunció al respecto y dejó el caso a la policía, que investiga las causas de la muerte. No es la primera vez que un miembro de la monarquía debe sufrir acoso. El abuelo de Isabel II, Jorge V, era perseguido por una mujer que creía que el rey le hacía una invitación sexual al cerrar las cortinas de su habitación, que vigilaba desde la distancia.

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