Herbert Chavez, un diseñador que vende objetos del personaje, quiere ser como Clark Kent. Por eso modificó su rostro y sale a hacer el bien en su comunidad: "Eso es lo que te hace ser un superhéroe", dijo. Los niños del pueblo de Calamba Town, en Filipinas, tienen un héroe de carne y hueso. Aunque algunos adultos -la mayoría- no lo toman en serio, lo cierto es que este diseñador fanático de Superman sí lo parece. A su negocio de ropa y objetos relacionados al héroe de los comics, le sumó un extra que lo hace único en el mundo: se sometió a una cirugía estética y ahora su cara luce más parecida al modelo más clásico de su personaje favorito. "Superman es mi ídolo. Quiero verme como él. Por eso copié su nariz y las proporciones de la cara de Superman", afirma sobre su decisión. En el pueblo, las opiniones parecen estar divididas, pero los que definen son los niños. "Si los niños están contentos, yo estoy contento. Y ellos lo están disfrutando", dice Boyet Mamino, residente de la población, mientras sostenía a su hija en sus hombros...
Chavez y el empleado que lo acompaña en su negocio recorren el vecindario ataviados con el clásico traje azul y la S roja. Lo rodean niños y cada tanto es invitado a pasar al interior de alguna casa. Ya sin el traje, le pone un toque filosófico a su fanatismo. "Le mostramos a los niños que, aún siendo un padre o madre comunes, cualquiera puede convertirse en superhéroe. La ropa solamente cubre al superhéroe, pero hacer algo por alguien, en tu vecindad o en tu vida social, eso es lo que te hace un superhéroe. Ellos dicen que el poder reside en ti, y es tu decisión usarlo para el bien", resumió.
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