En la segunda semifinal de la prueba de espada femenina de los Juegos de Londres, la surcoreana Shin A Lam se negaba a admitir la victoria de la alemana Britta Heidemann. Una polémica con el cronometraje oficial marcó, este lunes, el final de la segunda semifinal de la prueba de espada femenina de los Juegos de Londres, en la victoria de la alemana Britta Heidemann ante la surcoreana Shin A Lam, que se negó durante una hora a abandonar la pista.
Lloró desconsolada, con gestos de desesperación, mientras su entrenador presentaba una reclamación. Finalmente, recibió la visita de los jueces, que le comunicaron que su derrota estaba confirmada, y la convencieron para que depusiera su actitud y pudiera proseguir la competición con la lucha por el bronce. Sin embargo, ella continuó negándose a abandonar la pista, aunque sí lo hizo después de que un segundo responsable fuera a hablar con ella. El público, eso sí, la despidió con grandes aplausos.
El cronometraje era el motivo de la discordia, y la asiática se plantó en el lugar, mientras los responsables de su equipo intentaban que la Federación Internacional diera marcha atrás, algo que finalmente no ocurrió. Postrada, llorando y sentada en el suelo, la surcoreana no aceptó la decisión del comité técnico, que contó como válido el último toque conseguido por Heidemann, que fue declarada vencedora por 6 a 5 tras una prolongación.
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