El usuario está sostenido por un arnés y debe usar sus pies como si trotara. Es un diseño alemán que fomenta el transporte ecológico. El invento alemán es, al menos, vistoso. La bicicleta FLIZ no tiene cadena, ni pedales y es impulsada por los pies de la persona que maneja, que a su vez está sujeta a un caño superior con un arnés y queda suspendida en el aire.
FLIZ proviene del término “flitzen”, que en alemán significa “velocidad con los pies”. Y es el es leitmotif de este primer prototipo, Laufrad, diseñado por dos jóvenes estudiantes llamados Tom Hambrock y Yuri Spetter. La bicicleta es una actualización de la versión creada en 1818 por el inventor Karl Drais, denominada Draisine. El objetivo es promover el uso del transporte ecológico en la ciudad, según indica el blog de los creadores.
Quien la conduce la Fliz Bike, trota con sus pies y así consigue impulsarla. Pero pese a su llamativo diseño, no parece del todo cómoda, dado que el ciclista queda encorvado y, sin lugar a dudas, correr es más agotador que solo pedalear. También tuvo sus críticas por no ser muy útil para las subidas o caminos sinuosos, aunque ese problema se hará sentir según las características de la ciudad en que se la use. De todas formas, lo que cuenta es la intención.
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