Un oficial de la Marina fue despedido como comandante del submarino nuclear con base en Connecticut por simular que estaba muerto para terminar una relación. El comandante naval Michael Ward fue separado de sus funciones al frente del Pittsburgh, una semana después de tomar el mando de ese submarino.
Según los investigadores, Ward había mandado un mail a su pareja con un nombre ficticio en julio, en el que le informaba sobre la muerte inesperada del marino.
Jennifer Cragg, vocera del grupo en el submarino, aseguró que Ward había recibido una carta en la que se lo notificaba de una sanción por adulterio y otras conductas que representan violaciones al Código Criminal Militar y un telegrama de despido de la Marina.
El subcomandante Ward aún no ha respondido a las acusaciones.
La amante del marino se enteró de que Ward todavía estaba vivo luego de recibir la carta, cuando fue a dar sus condolencias a la residencia del supuesto fallecido en Burke, donde el nuevo residente de la casa le aseguró que el marino se había mudado a Connecticut para comandar el submarino.
Ward había conocido a la mujer tiempo antes a través de un servicio de citas online y había sostenido encuentros durante sus viajes a Norfolk estando casado. El embarazo de su amante fue la motivación final para mudarse e inventar su propia muerte.
Ward fue acusado por conducta inapropiada, incumplimiento del deber y adulterio, por lo que fue sancionado por la Marina a través del Código de Justicia Militar.
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