Presenció la matanza de Dunblane, donde un desquiciado asesinó a 17 personas. A los 12, la madre lo calificó como "sin talento" y 13 años después lo vio ganar su primer Grand Slam. "Pensaba que si perdía esta final sería el primer tenista en perder sus primeras cinco finales de un Open, y no quería ser esa persona", declaró el lunes el escocés en la conferencia de prensa posterior a su consagración ante Novak Djokovic.
Cuatro encuentros cúlmines de los "grandes" perdidos: US Open 2008 (ante Roger Federer), Australia 2010 y 2011 (ante Roger Federer y Novak Djokovic) y Wimbledon 2012 (ante Roger Federer). Nunca se dio por vencido, siempre supo que estaba cerca. Obstinado como pocos, rompió el maleficio de las finales y confirmó que su increíble historia debía tener esta conclusión. Andrew Murray nació en Dunblane, Escocia, el 15 de mayo de 1987, en el seno de una familia de deportistas. Su abuelo materno jugó al fútbol de manera profesional como defensor en los equipos Hinbernian, Pebbles Rovers, Stirling Albion y Cowdenbeath.
Su hermano mayor, Jamie Murray, también es tenista profesional y desde chico fue el elegido por Judy, la particular madre que es además entrenadora profesional de tenis en Gran Bretaña: "Andy era malísimo cuando empezó. Pensé que era un ‘sin talento’ y creía que Jamie era mucho mejor", expresó allá por 1999 cuando concedió una entrevista mientras peloteaba con el número tres del mundo (destronó a Rafael Nadal del podio).
Jamie es hoy el 45° clasificado en el ranking de dobles, con 7 títulos en su carrera. Andy, en tanto, ostenta 24 títulos de singles, entre los que se destacan seis Masters 1000, dos Masters Series y el reciente US Open.
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