Lu Hao pesa cinco veces más que lo habitual para su edad. "Si no lo alimentamos no deja de llorar", dice su madre. Los médicos alertan que de seguir así, "su corazón no resistirá". Cena más de tres platos de comida y si algún día se la restringen, reacciona llorando. Su familia intentó que hijo baje de peso reduciéndole la cantidad pero fue en vano "Si no lo alimentamos no deja de llorar", comento su madre. Para motivar a Hao a ejercitarse sus padres colocaron un aro de baloncesto en la casa y lo llevan a nadar a un río cercano. Los directivos del jardín de infantes no quieren que Hao vaya al colegio, ya que temen que lastime a sus compañeros de sala con su gran tamaño. Cuando nació pesó 2,500 kilos, lo cual está dentro de los parámetros normales, pero comenzó a engordar a pasos agigantados a partir de los tres meses. En este sentido, su padre, Lu Yuncheng indicó: "su apetito es tal que puede ingerir lo mismo o más que yo y su madre".
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