A raíz del debate que generó la matanza de 13 niños en una escuela de Río, el diario Folha de São Paulo envió a un periodista a comprar un revólver en el mercado alternativo. Lo adquirió en un comercio a la calle en Paraguay y se lo entregaron en moto en Foz de Iguazú. El periodista Graciliano Rocha fue a la que es considerada la frontera más vigilada en Brasil, que divide Ciudad del Este con Foz de Iguazú. Se dio cuenta de que fue muy fácil comprar un revólver calibre 38 del lado paraguayo. Al fondo del local de caza y pesca en Ciudad del Este, Rocha compró el arma y 50 balas por 560 dólares más 80 dólares por el delivery en moto, que cruza hasta del lado brasileño de la frontera. Según la ley paraguaya, la compra de armas y de munición sólo es lícita para aquellos paraguayos o ciudadanos residentes que tengan certificados de buenos antecedentes emitidos por la Policía y la Justicia locales. La nota también desnudó la complicidad, o indolencia, de algunos miembros de las fuerzas de seguridad. El día de la compra del arma en cuestión, del lado brasileño había dos policías federales y cuatro de la Fuerza Nacional de Seguridad para verificar los vehículos y la documentación de los que ingresaban al país.
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