Iván Gómez y Karim Mella ya se sienten como peces en el agua, escalando en las montañas en ambiente bajo cero del Himalaya. Ahora, Federico Jóvine, el tercer integrante del grupo que busca convertirse en la primera expedición dominicana en subir a la cima más alta de la tierra, buscará probar que está totalmente recuperado, luego de sufrir una faringitis y bronquitis que le obligó a abandonar por varios días la concentración. El doctor Julio de Peña, médico de la delegación, autorizó a Jóvine a integrarse al proceso de aclimatación para afrontar la travesía. El pasado martes, Gómez y Mella completaron con éxito la segunda rotación de aclimatación en miras a su preparación física y mental para el ataque a la cima del Monte Everest a mediados de mayo. Para lograr este cometido, los montañistas dominicanos salieron desde el Campamento Base a 5,400 metros el pasado viernes a las cuatro de la madrugada junto a sus sherpas (guías de una etnia originarios del Tíbet). El primer objetivo fue atravesar el famoso y peligroso Khumbu Ice Fall, una catarata congelada de nieve y glaciares inmensos del tamaño de casas, que se encuentra en constante movimiento. Es la razón por la cual las cinco horas de ascenso deben ser ejecutadas en la madrugada y antes de que los rayos de sol eleven la temperatura haciendo inestable toda la plataforma y aumentando el riesgo de desprendimientos y avalanchas . A las 9:24 de la mañana del mismo día llegaron al campamento avanzado número uno, a 6,100 metros de altura. Allí se instalaron en su tienda de campaña que les daría refugio por los siguientes dos días, al tiempo que se recuperaban del esfuerzo realizado y la falta de oxígeno que ya se empezaba a sentir por ese nuevo desnivel de altura. El sábado realizaron caminatas de aclimatación al tiempo que debieron utilizar los trajes especiales para soportar las temperaturas extremas. El día domingo en horas de la mañana continuaron el ascenso hacia el campamento número dos a 6,500 metros de altura. Para ello debieron cruzar una grieta en la plataforma de hielo de unos 30 metros de profundidad, utilizando una escalera de cinco secciones colocada por los sherpas expertos. Al llegar a este campamento, tanto Iván como Karim se sintieron exhaustos debido a los efectos del aire fino, ya que a esa altura la concentración de oxígeno es un tercio menos que a nivel del mar. Allí debieron soportar dos noches de aclimatación con dolores de cabeza y falta de sueño, entre otros síntomas del mal de altura. Ya el martes, luego de haber clasificado los equipos que dejaron en el campamento número dos para la próxima y última rotación de aclimatación, los montañistas iniciaron el descenso a las 6:00 de la mañana para poder arribar al Campamento Base luego de unas cinco horas de descenso bajo una leve nevada. Una vez en ese campamento iniciaron un proceso de recuperación y descanso que les tomará unos cuatro días, incluyendo una ducha caliente la cual no habían podido tomar desde hace más de una semana.
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