Una madre afroamericana de 21 años de edad, identificada como Kim Crawford, confesó a las autoridades que asesinó a su hijo Jamar Johnson de 5, porque había roto el televisor de la casa. La mujer fue acusada formalmente ayer lunes de asesinato en segundo grado y otros cargos en la Corte Suprema de El Bronx...
Crawford, quien se hallaba en libertad bajo fianza en un caso no relacionado con la muerte de su vástago, confesó a detectives de homicidios de la policía que golpeó muy fuerte a su hijo, como nunca lo había hecho, después que se enterara de que el pequeño había roto el receptor. En el la casa situada en el 634 Este de la calle 227, había otros dos televisores. “Le pegué varias veces y cuando lo golpee en el estómago, lo hice con demasiada fuerza. Nunca lo había castigado así”, dijo la acusada a los investigadores. Con la paliza, la madre le rompió los intestinos y el páncreas del menor, lo que le produjo una infección masiva que le causó la muerte.
Ella relató a las autoridades que luego que su hijo rompiera el televisor, habló con él y el pequeño le dijo que lamentaba haberlo hecho y entendía el enojo de la madre. La golpiza contra el niño fue cometida por la afroamericana el lunes 13 de junio. Explicó que al día siguiente no llevó a su hijo a le escuela, paras que le vieran las marcas y moretones de los brutales golpes. El miércoles, la víctima comenzó a vomitar todo lo que comía. La mujer narra que le dio jugos y ginger para tratar de pararle los vómitos, el niño se quedó dormido viendo la televisión y cuando intentó despertarlo, no volvió a responder.
La abogada de la acusada dijo en la corte que la fiscalía no tiene base para juzgarla por el supuesto crimen y que los golpes que presentaba el cadáver del niño, fueron a consecuencia de una caída. “Se cayó accidentalmente en el parque el martes”, dijo CM Abate, defensora de Crawford, añadiendo que la confesión de la madre fueron forzadas por la policía durante dos días que estuvo detenida y bajo interrogatorio. Señaló la jurista que el no haber llevado al menor al hospital, no se puede considerar como imprudencia temeraria, que es uno de los alegatos de la fiscalía.
“Cuando un niño vomita, pudiera deberse a un virus estomacal”, agrega la abogada. Explicó que si el niño hubiera tenido los intestinos rotos, el miércoles de la semana en que sucedió el hecho y quedándose al cuidado de su padre, se hubiera quejado de dolores. El juez del caso, John Hecht programó para el jueves 24 de junio la presentación formal de las acusaciones contra la afroamericana, entre las que están asesinato, homicidio e indiferencia depravada por la vida, al no prestarle atención al pequeño.
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