Generalmente, cuando alguien no tiene pulso, asumimos que dejó de existir; que ya no tiene vida. Ahora, esa premisa podría convertirse en un error garrafal, porque doctores del Texas Heart Institute desarrollaron un corazón artificial que no genera ningún pulso reconocible ni latido audible...
Esta máquina utiliza un par de turbinas centrífugas que en lugar de bombear la sangre -como hace el corazón o los implantes tradicionales- genera un flujo continuo y constante, por lo que lo único que se alcanza a percibir al poner la oreja sobre el pecho, es un muy leve zumbido.
Lleva un tiempo siendo probado en animales y también ya tuvo un exitoso período de testeo en humanos sin arrojar ningún efecto adverso hasta el momento (descontando el hecho de que si a un paciente le hacen un electrocardiograma, probablemente a continuación lo tapen con una sábana blanca y den orden de autopsia). En definitiva, ha resultado un instrumento muy confiable.
Por el momento, sigue a la espera de una aprobación por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), pero luego de más pruebas y atendibles cambios que quiera aplicar, es probable que se convierta en un nuevo hito de los implantes médicos.
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