Un británico que se cortó un pulgar en un accidente recibió el dedo gordo de uno de sus pies en reemplazo. En diciembre pasado, en la ciudad de Bristol, en el sudeste de Inglaterra, el joven James Byrne, de 29 años, cortaba madera con una sierra. Uno de esos temidos malos movimientos en esas circunstancias lo llevó a cercenarse el pulgar de la mano izquierda. En el hospital Frenchay, de Bristol, los cirujanos plásticos intentaron inútilmente reinjertar el pulgar. Tras el fallido empeño, se tomó una decisión algo extraña: trasplantarle el dedo gordo del pie izquierdo a la mano herida. El cirujano Umraz Khan argumentó que "la pérdida de un dedo gordo del pie no produce una invalidez tan definitiva como la pérdida de un pulgar, de modo que la ganancia es mayor que la pérdida." El médico no está equivocado. Evolutivamente, el pulgar opuesto separó al género humano de los primates. La posibilidad de utilizar el pulgar en tareas de creciente complejidad, más allá de la aprehensión simiesca, fue el gran elemento transformador del cerebro humano, el que aprendió a ejecutar operaciones cada vez más sofisticadas. La pérdida de un pulgar significa, en un individuo, la repentina incapacidad para llevar a cabo acciones que van desde enhebrar una aguja hasta la propia escritura...
Lo probaron todo: El paciente, James Byrne, reconoció que el pulgar estaba severamente dañado. "El equipo médico lo probó todo, incluyendo las sanguijuelas, para conseguir que la sangre continuara fluyendo, pero el reinjerto no prendió. "El doctor Khan me dijo: 'usted va a tener su pulgar incluso si tengo que cortarle un dedo gordo del pie.'" Byrne creyó que el médico bromeaba. Sin embargo, nueve meses más tarde, el paciente tiene un dedo gordo del pie en función de pulgar. "La estética no me preocupa. Como albañil, y sin un pulgar, me habría quedado sin trabajo. No habría podido recoger un ladrillo sin un pulgar. Ahora, espero estar de regreso en el trabajo en pocos meses."
Fisioterapia: Byrne tendrá sesiones de fisioterapia para ayudarle a adaptarse a usar su nuevo pulgar. El hospital Frenchay, de Bristol, en un centro regional de microcirugía y tiene fama por ayudar a pacientes que requieren este tipo de cirugía. El doctor Khan dijo que Byne tendrá que acostumbrarse a equilibrarse sin su dedo gordo del pie izquierdo, en la zona del metatarso del pie, pero podrá caminar y correr normalmente. "El pulgar es el dígito dominante. Sin él, James no podría hacer cosas que nosotros damos por sentadas, como sostener un lápiz o abrir una puerta. "Puede que necesite cirugía adicional para que se parezca más a un pulgar," concluye el doctor Khan.
0 comentarios:
Publicar un comentario