La cantante presentó una demanda ante el Tribunal Superior de Los Ángeles para denunciar que el anterior propietario de su mansión tenía conocimiento de algunos defectos estructurales. Rihanna adquirió su vivienda por una suma de 6,9 millones de dólares, pero se encontró con muchos problemas en la vivienda. Durante el mes de enero, una "tormenta moderada" sacudió la residencia y, debido a los defectos de ésta -que incluyen un balcón que no tenía la inclinación adecuada-, la inundación causó serios destrozos en varias habitaciones y dejó la casa inhabitable...
La artista también demandó a Prudential California Realty y a otras de las compañías que diseñaron e inspeccionaron el domicilio porque asegura que no habría pagado el dinero por la mansión si hubiese conocido los problemas que presentaba. En los documentos obtenidos por TMZ, la cantante de 23 años afirma que "el valor de la propiedad en el momento de la compra, teniendo en consideración los muchos defectos de construcción, era de varios millones de dólares menos".
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