Una provincia en Argentina empezó en septiembre un programa que remunerará a los estudiantes de primaria y secundaria que logren terminar ambos ciclos sin repetir el año. El desembolso total para cada estudiante asciende a US$1.200, que se entregará en forma de estampilla la cual es canjeable en una oficina de correo por el dinero en efectivo. El programa -aunque primero de su tipo en Argentina- tiene ecos en otros países de América Latina y Europa donde se premia monetariamente el éxito y la permanencia en la educación primaria y secundaria. Sin embargo, para algunos académicos la iniciativa cuestiona el concepto de estudiar para obtener una educación al introducir la remuneración que puede convertirse en el principal motivación...
Comparación: El ministro de Educación de San Luis, Marcelo Sosa, en conversación con BBC Mundo, rechazó que se trate de una "mercantilización" de la educación. "Es un incentivo educativo que pretende que el estudiante no repita de grado. Estudiar no es una tarea sencilla y el alumno requiere de una red de contención", aseveró Sosa. El funcionario asegura que también se pretende darle a conocer la filatelia al joven (ya que el premio viene en forma de estampilla) y de enseñar una cultura del ahorro. Sin embargo, reconoce que el objetivo principal es reducir la tasa de repitientes. Y es que cada estudiante que repite un año escolar significa un costo adicional para el sistema. En Argentina, por ejemplo, cifras no oficiales indican que el sistema educativo nacional debe asumir un costo de alrededor de US$550 millones por los estudiantes de primaria y secundaria que no pasan de grado.
"Este programa a nosotros nos representa un 2% del total del presupuesto (de la provincia de San Luis), unos US$5 millones, que nos parece absolutamente razonable", dice Sosa. Un estudio del Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA), que promueve la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala que en varios países de América Latina al menos 25% de los estudiantes ha repetido alguna vez un año escolar. En algunos países, como España, por ejemplo, el estudio de PISA (publicado este año, pero basado en datos de 2009) afirma que el costo de tener estudiantes repitientes puede ascender a 10% del presupuesto total de educación.
Contrapunteo: "Igual, no me gusta para nada (el proyecto de pagarle a los estudiantes que no repiten)", le dijo a BBC Mundo Federico Mejer, experto en planificación educativa de América Latina y quien ha sido consultor sobre el tema para Naciones Unidas y el Banco Mundial. "Si bien es cierto que no se puede evaluar la idea sin saber cómo funcionará, tampoco sabemos hasta qué punto afectará a la cultura de las personas el hecho de que se les pague para que hagan lo que deberían hacer", aseveró. Para las autoridades de San Luis hay iniciativas similares de ayuda al estudiante que no han sido igual de cuestionadas. "Están los programas de becas, que a fin de cuentas también son una compensación económica que están sujetas al rendimiento del joven", señaló Sosa.
Mejer difiere. "En este caso no se le está entregando dinero a quienes más lo necesitan, no se trata de una compensación socioeconómica", afirma. El proyecto que empezó a implementarse en San Luis no distingue entre los estratos sociales del estudiante. Todos los que logren los méritos pueden acceder al beneficio. Un programa similar, implementado hasta 2010 en Gran Bretaña (hasta que fue terminado por recortes presupuestarios), sí distinguía en darle esta ayuda al estudiante que perteneciese a un sector de menos ingresos. "En todo caso creo que debe haber otra manera de incentivar al estudiante a no repetir que no sea darle dinero, por ejemplo con becas deportivas o culturales", señaló Mejer.
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