El apuro por llegar al quirófano estuvo a punto de frustrar una operación en México. El país entero seguía el caso por televisión cuando un médico tropezó, se abrió la heladera y se cayó el órgano. El momento generó una angustia enorme. Se trasladaba la gran esperanza de vida para un paciente mexicano que esperaba con urgencia el corazón que prolongaría su vida, mientras todo México seguía paso a paso el camino del órgano desde Guanajuato hasta el DF...
Los medios cubrieron paso a paso la ruta del órgano desde su lugar de extracción. El viaje hasta el aeropuerto local, el descenso en la capital mexicana y la travesía a toda velocidad rumbo al sanatorio de destino. El tránsito había sido detenido por la policía y todos colaboraban para acelerar el trámite. Una nevera azul de tapa blanca con bolsas de gel congelado mantenía la temperatura adecuada para la donación. Pero todo estuvo a punto de frustrarse a metros del destino final. Dos médicos bajaron a toda velocidad de la ambulancia de traslado y corrieron hacia la puerta del hospital, pero en medio de la calle uno de ellos tuvo un tropezón.
La heladera, mal cerrada, se abrió sobre el asfalto y dejó caer todo el contenido: tanto las bolsas de gel como el mismo corazón. "Fue un tropiezo con uno de los baches que hay en la calle", explicó el doctor César Villa, "fue un susto que nos llevamos, pero afortunadamente todo fue bien. Porque el corazón lo tenemos perfectamente protegido". Gracias a la bolsa de protección, para la que se utiliza un tejido especial, el órgano resistió el golpe y la operación se llevó adelante como estaba programada.
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