lunes, 28 de mayo de 2012

El mayordomo que espió al Papa acusa a cardenal


La Justicia vaticana busca a los cómplices del ayudante de Benedicto XVI, detenido por filtrar a la prensa documentos confidenciales. Sospechan de un alto religioso italiano y de una mujer que participaba de viajes oficiales. El juez Piero Antonio Bonnet continúa con las investigaciones por el caso de las filtraciones de documentos reservados de la Santa Sede, tras la detención de Paolo Gabriele, el mayordomo del Papa y de su secretario, Georg Ganswein.

Su principal sospecha es que hubo "cuervos" o "topos" -personas pertenecientes al Vaticano- que filtraron a la prensa los documentos robados por Gabriele. La correspondencia y archivos privados de Benedicto XVI y de su mano derecha, Ganswein, salieron publicados en distintos periódicos, así como el libro Sua Santità, del periodista Gian Luigi Nuzzi.

Un cardenal italiano y una misteriosa mujer que acompaña al Sumo Pontífice en sus viajes internacionales serían dos de los responsables, según el diario La Repubblica, que cita a uno de los llamados "topos" sin revelar su identidad. El mismo hombre asegura que hubo más participantes. Por su parte, el mayordomo ya lleva tres días detenido en una celda de seguridad del Vaticano.

La Justicia registró su vivienda y encontró cuatro cajas repletas de documentos reservados y sus respectivas copias, detalló el Corriere della Sera. No hizo ninguna declaración al respecto. Gabriele trabajaba en la Santa Sede desde 2006. La prensa italiana señala que el Papa está "muy entristecido y afectado" por su accionar y su detención. No habría sido inocente su mención al pasaje bíblico de la Torre de Babel durante la misa de Pentecostés en la basílica de San Pedro, cuando condenó que los hombres actuaran "unos contra otros".

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