A cuatro días de asumir la presidencia, en un consejo provincial de desarrollo realizado en su provincia natal San Juan de la Maguana, Danilo Medina dejó claro que su estilo de gobierno se apartaría del enfoque urbanístico, para dedicarse de lleno a la inversión en el capital humano, como lo demuestra el lanzamiento del Plan Nacional de Alfabetización y el Plan de Titulación de Tierras.
Rechazó la idea de que la mayoría de los dominicanos vivan en ciudades deslumbrantes (jaulas de oro), pero sin las necesidades básicas aseguradas, como la alimentación, la salud y la educación. Con su accionar, Medina se declaró como un presidente comunitario, contrario a gastar la mayor parte del presupuesto en megaobras en las grandes ciudades del país y darles las soluciones que demandan las comunidades.
El Ministerio de Obras Públicas trabaja concentrado en la reparación de caminos vecinales y en el rescate de las ayudantías, propiciando que cada localidad utilice sus equipos en las obras.
El Gobierno ha definido como sus principales logros "la austeridad, la transparencia, el apoyo al campo, la creación de empleos de calidad y el apoyo solidario a las micro, pequeñas y medianas empresas del país".
Podemos definir como sus principales retos el de manejar los recursos que recibirá de la reforma fiscal de una manera que dinamice el sector de las micro, pequeñas y medianas empresas para activar la generación de empleos, constreñidos por los efectos del déficit fiscal de los últimos cuatro meses del año.
La administración de Medina deberá sortear la cadena de protestas que se han desatado en su Gobierno, calculadas entre 372 por el ministro de Interior y Policía, y más de 600 por otros sectores, como consecuencia de la Reforma Fiscal aprobada y con la que se busca recaudar unos RD$46 mil millones, luego de un déficit que se ha calculado que llegaría a los RD$187 mil millones.
En algunos sectores se comenta la idea de que el próximo año debe realizarse otra versión del "Diálogo Nacional" con todos los sectores del país, como fueron realizados en las administraciones de Fernández.
El ex presidente Hipólito Mejía favorece ese diálogo. Las protestas, a pesar de que inicialmente fueron en rechazo al aumento de los impuestos, han colocado como blanco de ataque al expresidente Leonel Fernández y sus últimos ocho años de gobierno, presionando a Medina para que someta a supuestos funcionarios corruptos. Las organizaciones populares advierten que vendrán con sus protestas en enero.
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