El exitoso cultivo de semen de ratones, una tarea que se creía imposible, podría ayudar en el futuro a hombres infértiles o tratados contra el cáncer a tener hijos. Los rotundos fracasos en la generación del fluido en un laboratorio se debe, en opinión de los experto, a que su producción es uno de los procesos más largos y más complejos del organismo. En la mayoría de los mamíferos, toma más de un mes desde el inicio hasta el final. Los científicos de la Universidad de la Ciudad de Yokohama tomaron, en lugar de células individuales como se venía haciendo, pequeñas porciones de tejido testicular de ratones bebés. Las mezclaron con un compuesto de nutrientes en un tubo de ensayo y descubrieron, después de varias semanas, que el tejido había producido espermatozoides viables. Para comprobar que las células estaban sanas, las utilizaron en tratamientos de fertilización in vitro para producir 12 ratones vivos, que posteriormente lograron procrear a sus propios descendientes, informó la BBC Mundo. Además, lograron recuperar espermatozoides sanos del tejido que había sido cultivado después de haber estado congelado durante 25 días.
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