Un grupo de ingenieros del Hospital de Sunnybrook en Toronto (Canadá), decidió aprovechar las capacidades propias de Kinect para resolver un importante problema existente en los quirófanos: la necesaria esterilidad con la que se debe mantener tanto del instrumental como las manos de los médicos. Claro porque en cada operación es necesario realizar un extenso procedimiento para esterilizar completamente todo el equipamiento que va a ser utilizado, de manera de evitar que algún tipo de infección o contaminación externa pueda terminar perjudicando finalmente al paciente. Por esta razón resulta vital que los médicos que intervienen directamente en la intervención no tengan que estar manipulando las pantallas o imágenes que los asisten, algo que en muchos casos los complica sobre todo cuando necesitan manipularlas para apreciar con mayor precisión el trabajo que deben realizar.
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