Ian Jaye, Jovan Popovic y Patrick Houin, un grupo de estudiantes universitarios, idearon este concepto de una intersección de calles que saca toda su electricidad para postes y semáforos del movimiento de la gente en las calles, tanto automóviles como peatones. El concepto se basa en la piezoelectricidad, una tecnología creada hace más de 100 años que convierte las vibraciones en electricidad. Bajo este concepto, las intersecciones tendrían tres capas. Primero, una demarcación azul de los cruces. Más abajo estaría una capa de caucho muy gruesa, y debajo de ella estarían las placas piezoeléctricas. Estas placas captarían la vibración de autos y peatones, la convertirían en electricidad y la almacenarían en baterías debajo de los postes. También unificaron los postes de luz, semáforos y cámaras de seguridad bajo una misma estructura con una sola batería. En esquinas opuestas diagonalmente habría dos postes. Estos tendrían luces de LED de baja energía, además de un sensor de luz que indicaría cuándo tienen que prenderse. Entre los dos postes habría un cable, del que colgaría un solo semáforo para toda la intersección, que tendría cuatro lados, también con LEDs, en un diseño de aluminio y plexiglass anti-reflejo. Además, en cada poste habría una cámara, puesta en un anillo, permitiendo una vista de 360º.
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