La automotriz japonesa ya le avisó a 13 plantas manufactureras en Norteamérica sobre un posible cierre debido al desabastecimiento de partes procedentes de Japón. Las fábricas del país nipón dejaron de funcionar el 11 de marzo, el día en que se produjo el terremoto y posterior tsunami, aunque la producción se pudo reanudar parcialmente el 17 de marzo. Sin embargo, los problemas se han producido por la falta de autopartes ya que sólo reanudaron sus actividades "los proveedores que estaban en condiciones de hacerlo", indicó el portavoz de la empresa, Mike Goss. En estos momentos la multinacional japonesa está evaluando cuáles son los proveedores que están capacitados para operar con normalidad. Los problemas podrían llegar a Norteamérica porque las fábricas instaladas allí dependen de proveedores afectados en Japón. Pero los inconvenientes no sólo abarcan a Toyota, ya que General Motors detuvo la producción de camionetas en una de sus plantas de Louisiana, así como también en una factoría de motores en el estado de Nueva York. No obstante, el panorama no es totalmente desalentador en el resto de la industria automotriz, ya que Nissan, Honda y Ford dijeron que no planean cerrar sus plantas.
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