El post-it, esa decoración permanente de los monitores de computadora en la oficina, ha sido una herramienta utilísima para quienes suelen olvidar cosas, cuando se necesita marcar una página en un libro o separa archivos, para ponerle nombre a los objetos y para dejar mensajes a otros, entre otras cosas. A pesar de parecer algo muy simple (un papel amarillo y pegajoso), los post-it son un desarrollo más bien reciente, y como muchos, accidental. Sus inventores fueron Spencer Silver y Arthur Fry, quienes trabajaban para 3M en los 70’s. Silver era un químico y estaba trabajando en crear un súper pegamento que sirviera para pegar aviones. En su lugar, Silver desarrolló en 1968 un pegamento de alta calidad pero de baja “pegajosidad”. Se trataba de un adhesivo que tenía la fuerza para pegar dos papeles, pero que era lo suficientemente débil como para poder separarlos sin romperlos. Otra característica era que este adhesivo se podía reutilizar – sin embargo, estaba lejos de servir para pegar aviones.
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