Un pequeño fragmento de basura espacial se acercaba el martes peligrosamente a la estación orbital internacional, cuyos tres astronautas recibieron órdenes de la NASA de refugiarse de inmediato en una cápsula acoplada a la estructura. El centro de Control de la Misión dispuso la medida después de que determinara que no había tiempo para que la Estación Espacial Internacional maniobrara para esquivar el objeto. El fragmento de basura espacial tiene unos 39 centímetros cuadrados (seis pulgadas cuadradas) y es un resto de un satélite chino que fue destruido de manera intencional en 2007 durante una prueba armamentista. Según las proyecciones, el desplazamiento de ese objeto a menos de cinco kilómetros (tres millas) de la estación espacial representaba para ésta un nivel de amenaza de color rojo, el más alto de la NASA.
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