El juicio por presunto perjurio del rey de los jonrones del béisbol de las Grandes Ligas, Barry Bonds, llegó al final con el cierre de la argumentación de la defensa que no utilizó a ninguno testigo y consiguió que a su cliente le retirasen uno de los cinco cargos en su contra. El anuncio de la decisión tomada por la defensa, de no presentar ningún testigo, lo dio a conocer Allen Ruby, el abogado principal del equipo de letrados que tratan de demostrar la inocencia de su cliente. La estrategia de Ruby y su equipo de abogados estaba encaminada a evitar que Bonds tuviese que subir al estrado para declarar y verse sometido al interrogatorio de los fiscales federales, que le acusan de haber mentido bajo juramento cuando dijo que nunca había consumido substancias prohibidas, sabiendo que eran esteroides. Antes que la defensa hiciese su cierre de argumentación, la jueza que lleva el caso, Susan Illston, decidió desestimar uno de los cinco cargos criminales que pesan contra Bonds. Se trata del relacionado con la acusación de la fiscalía que Bonds también mintió cuando negó que Greg Anderson, su entrenador físico personal, lo hubiese persuadido para que utilizase substancias prohibidas.
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