Las autoridades en Malasia enviaron a 66 escolares musulmanes, identificados por sus maestros como afeminados, a un campo especial donde recibirán consejos sobre conducta masculina. El director de educación del país, Razali Daud, dijo que el campo estaba diseñado para llevar a los jóvenes "de regreso al camino correcto". En él, los alumnos recibirán clases de religión y motivación, así como orientación física. El activista de derechos sexuales Pang Knee Teik describió el campo como indignante y como un ejemplo de homofobia. Las relaciones sexuales entre gays son ilegales en Malasia y los homosexuales afirman que son discriminados por las políticas gubernamentales y leyes como la que castiga la sodomía con 20 años de prisión.
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