Se trata de la británica Fiona Walker, cuyo movimiento en el vestido quedó inmortalizado en uno de los afiches más recordados en la historia del deporte. La imagen se expuso en Birmingham. Su trasero es uno de los más vistos y elogiados del Reino Unido, pero pocas personas fuera de su círculo íntimo reconocerían el rostro de Fiona Walker. La británica marcó, con una simple imagen, la historia del tenis. Sin embargo, Walker confiesa que ese deporte nunca le interesó demasiado y que las pelotas que se ven en la cancha en realidad las usaba para tirárselas a su perro. La mujer, cuyo rostro ha sido revelado después de 35 años, cree que la magia de la foto reside en su luz y asegura que no tenía idea, en aquel momento, de lo popular que llegaría a ser. La imagen fue tomada en una pista de tenis universitario en Edgbaston, Birmingham, zona donde nació el tenis en 1859...
"Mi madre tiene una copia muy desgastada en lo que solía ser el estudio de mi padre y yo sólo la tengo en una postal muy pequeña", dice la mujer de 52 años. Walker no era jugadora de tenis y tuvo que pedir prestado el vestido de un "amigo de un amigo", que luce junto con unas zapatillas de su padre. "La foto tiene un lugar en la historia del tenis. Creo que Martin Elliott [quien tomó la fotografía y era su pareja en ese entonces] estaría muy orgulloso de que su foto esté en la exposición", añade en referencia a la muestra en Birmingham en la que se expuso la imagen. "Yo era muy ingenua, no me pagaron nada, y creo que es el póster más vendido de la historia", reconoció Walker, aunque asegura que no se arrepiente de haberlo hecho.
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