La Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) decidió a unanimidad que en lo adelante no usarán más el nombre de Premios Casandra, que durante 28 años sirvió para tributo a Casandra Damirón y a través del que la entidad y la Cervecería Nacional Dominicana reconocían la labor de los artistas nacionales e internacionales.
La reunión, encabezada por el periodista Máximo Jiménez, presidente de Acroarte, así como los demás integrantes del Comité Ejecutivo, contó con la presencia de 65 miembros que dieron potestad a la directiva, así como al Consejo de Asesores, integrado por los expresidentes de Acroarte a ponderar las propuestas de nombres, los cuales serán sometidos a los miembros de la Asociación en una asamblea, la cual escogerá el que se utilizará en la próxima ceremonia.
En un comunicado que publica hoy Acroarte en esta edición, la institución refiere que respeta la voluntad de los hijos de Casandra, quienes el pasado lunes hicieron público que no querían que Acroarte usara más el nombre de su madre para reconocer a los artistas. "Con los premios Casandra hemos rendido tributo, tanto a las generaciones que ella conoció y amparó, como a las que surgieron después.
Podemos decir que nuestro premio ha trascendido las fronteras nacionales y se ha hecho espacio en el ámbito internacional, lo que ha sido también importante para la consolidación de su propio nombre, lo que tenemos que agradecer al respaldo y auspicio que durante 25 años hemos recibido de la Cervecería Nacional Dominicana", señala uno de los párrafos en el que lamentan la decisión de la familia de Casandra Damirón.
El presidente de Acroarte
A Máximo Jiménez le ha tocado quizás el momento más difícil de Acroarte. La publicación de una carta de los hijos de La Soberana, Casandra Damirón, ha levantado un vendaval que involucra a la organización de los cronistas de arte.
"Lamentamos significativamente que ellos hayan hecho este pedido en este momento, 28 años después que elpremio tiene una historia, una trayectoria, y que se ha hecho un trabajo, tanto por parte de Acroarte como por Cervecería. Muy lamentable, muy apenados, porque ha sido una relación siempre armoniosa, con altas y bajas, como todas las relaciones, pero no estamos en ánimos de entrar en conflictos. No es el espíritu nuestro estar en polémica, mucho menos ahora. El aire que hay en la atmósfera en sentido general, teniendo la potestad y los registros legales, no vamos a rebatirles a ellos que vamos a utilizar el nombre de manera obligatoria".
Sobre los planteamientos de la familia, teniendo en cuenta un afán de internacionalización y cómo las premiaciones se han ido demeritando, Jiménez dijo que "de las lecciones aprendidas en Acroarte hay que ir evolucionando. En el 94 hubo debates encendidos en Acroarte, porque se proponía premiar la bachata. Cuando se propuso premiar el merengue de calle hubo debates encendidos porque no se entendía cómo esa música debería premiarse. Y así sucesivamente van surgiendo tendencias en la música, en la TV, en el cine, que de alguna manera tienen el rechazo de la gente… la internacionalización del premio debemos seguir apostando a ello, debemos salir de la isla, proyectar el evento a nivel internacional.
Cada vez que traemos un artista internacional, la prensa mexicana, o de Estados Unidos, o de España, la prensa de esos países se hace eco. A medida que el premio se posiciona a nivel internacional, también es un impulso a lo que se produce en el país. Y a que el mercado internacional conozca lo que fue el legado de Casandra Damirón. Creo que son cosas fundamentales que debemos ir impulsando. No podemos involucionar. Sin perder la esencia -que no la ha perdido para nada-, se ha evolucionado. Cada productor ha jugado un rol importante.
Cada uno ha dejado sus sello en cada ceremonia. Ha crecido y se ha posicionado como nunca el premio".
Acerca de los ánimos caldeados y el tono en que se ha desarrollado la polémica, expresó que "este tema se ha manejado con la seriedad y la diplomacia a la altura de la institución. Desde el 13 de marzo comenzó una tanda de reuniones, de discusiones, de análisis, consultas, de estudios. No podíamos dar respuesta con relación a cosas que tenían que ver directamente con asuntos monetarios, a los cuales Acroarte no podía comprometerse, pues nunca ha habido un acuerdo económico con la familia, en estos 28 años.
Tampoco en estos momentos podíamos asumirlos, porque somos una institución sin fines de lucro. Insistían en que sí debíamos garantizarle a ellos que estos acuerdos fueran rubricados por nosotros. Y no podíamos. Su participación ha sido el de invitarlos a estar en el conteo de los votos, se les invita a la entrega de El Soberano... Pero el registro está a nombre de Acroarte y de Cervecería Nacional Dominicana".
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