Jugadoras de balonmano visitaron al jamaiquino en su habitación durante una hora y media después de su victoria en los 100 m. Murray tuvo otra idea: celebró con sus perros. Ser el hombre más rápido del mundo tiene algunos privilegios y genera una fama que resulta atractiva a todo nivel.
Y muchos atletas valoran especialmente el esfuerzo y los prodigios de un colega como Usain Bolt, el hombre que acaba de revalidar su liderazgo en los 100 metros llanos y que ahora va por repetir el oro de Pekín también en los 200.
Entre las felicitaciones que recibió Bolt trascendió, por su propia gestión, las de tres jóvenes suecas del equipo de handball, que, según informan los diarios de Estocolmo, le pidieron autorización al entrenador del jamaiquino para saludar a la estrella en su habitación.
"Este oro significa que estoy un paso más cerca de convertirme en leyenda, así estoy trabajando para eso", dijo Bolt después de ganar la prueba del domingo, pero esa declaración parece contradecirse con la foto que publicó él mismo Usain en su Twitter, en el que se lo ve rodeado de Gabriella Kain, Isabelle Gullden y Jamina Roberts.
Mientras tanto, otros atletas han preferido una celebración más hogareña, como el caso de Andy Murray. El tenista escocés, medalla de oro en singles y de plata en dobles, decidió regalarles sus preseas a sus mascotas, dos perros a los que también hizo famosos a través de la red de microblogging.
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