Harmon Killebrew fue toda una sensación con los Mellizos de Minnesota. Sus largos batazos ponían a vibrar, no solo a la fanaticada de los Mellizos, sino a toda una legión de seguidores de las Grandes Ligas, en especial los años 60.
Ayer, el antesalista falleció producto de un cáncer de esófago que lo mantuvo postrado por varios meses en su residencia de Arizona. En una década, como la de los 60, en donde la legión de jugadores dominicanos, entre estos los hermanos Alou (Felipe, Mateo y Jesús), los Olivo (Chichí y Diómedes), Juan Marichal, Manny Mota, Ricardo Carty, entre otros, ya tenía su espacio en las Grandes Ligas, Killebrew era una de las figuras principales de los Mellizos.
“Fue un jugador extraordinario”, dijo Tomás Troncoso, veterano cronista deportivo. “Fue un gran amante del juego. Era un pelotero natural que se entregaba al cien por ciento al juego. Tuvo una gran actuación en la Serie Mundial de 1965 ante Los Dodgers de Los Ángeles, quienes se coronaron campeones en ese entonces, siendo Sandy Koufax el Jugador Más Valioso por sus dos blanqueadas ante los Mellizos de Minnesota”, agregó.
Killebrew conectó 573 jonrones en su carrera que abarcó 22 temporadas, con lo que se ubica en el undécimo lugar en la lista histórica de las Grandes Ligas. “El béisbol de las Grandes Ligas pierde a una gran persona. Fue un tremendo jonronero. Sus números le valieron para ser seleccionado para el Salón de la Fama de Cooperstown”, recuerda Luis Bournigal, cronista deportivo de larga data. Sus ocho campañas con 40 o más jonrones lo mantienen empatado en el segundo lugar de todos los tiempos con Babe Ruth. Killebrew tenía 18 años cuando debutó con los Senadores de Washington en 1954. Pasó la mayor parte de sus primeras cinco temporadas en las menores hasta que disparó 42 jonrones en su primera completa en 1959.
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